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RUTAS COMPLEMENTARIAS DE LA REFORMA DEL TRANSPORTE

Moralismo inútil en la reforma del transporte

Publicado: 2014-02-05

UPDATE: 5 de febrero 2:47 pm: Lamentablemente el post anterior desapareció por algún error mío o del sistema. Sin embargo, lo he podido restaurar, aunque se han perdido los likes y tuiteos, comentarios y la discusión desde los perfiles de facebook. Lo siento por eso. 


Ayer Humberto Valenzuela, funcionario de la MML aclaró que no se sancionará a pasajeros en estado de ebriedad, sino solo a pasajeros que actúen inapropiadamente en estado de ebriedad. Bien por eso, sin embargo, comparto la impresión de Alberto de Belaunde, que señala lo siguiente:
"He revisado la ordenanza, y la prohibición de borrachos en el micro es super clara. Lo que puede prestarse a interpretaciones es lo de la sanción. Bacán que la Muni diga que no lo interpretará de la manera en la que se teme a la hora de imponer sanciones, pero lo serio sería cambiar el artículo donde se señala la prohibición".

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Empecemos por admitir que, nos guste o no (y pareciera que nos gusta), en el Perú se chupa y se chupa bastante.

Tomamos en los bautizos y en los velorios, cuando conseguimos una nueva chamba y cuando nos despiden, cuando estamos enamorados y cuando nos rompen el corazón. Nos emborrachamos para celebrar y también para llorar. De hecho, tomamos tanto que el acohol ocasiona un accidente de tránsito cada hora en nuestro país. Y nuestra capital es, evidentemente, la ciudad con mayor cantidad de casos fatales por consumo de alcohol. De enero a julio del 2013, fallecieron 251 personas por accidentes de tránsito en Lima. ¿La segunda causa de accidentes fatales? Conductores en estado de ebriedad. 

En ese contexto, sorprende (negativamente) la Ordenanza 1769 recientemente aprobada por la Municipalidad de Lima. Según la norma, los pasajeros que mantenga un comportamiento inapropiado dentro de los vehículos e infraestructura de los corredores complementarios seran multados con hasta S/. 3,800, mientras que quienes ingresen a los vehículos bajo los efectos del acohol o drogas serán sancionados con S/. 760.

La primera pregunta que aparece al leer la disposición es ¿cuál es la necesidad de dos multas distintas? Penalizar a los ciudadanos que mantengan un comportamiento "inapropiado" en estado de ebriedad, como puede ser la destrucción de propiedad pública, el exhibicionismo o la violencia, es una medida no solo razonable, sino necesaria. En eso creo que coincidimos todos. ¿Por qué entonces crear una multa para todos los pasajeros que suban "bajo los efectos del alcohol" independientemente de su comportamiento?, ¿podrá la policía incluir en sus redadas a los pasajeros de transporte público y multarlos si dan positivo en el test de alcoholemia?

El transporte público de una ciudad verdaderamente articulada debería circular la mayor cantidad de horas posibles y adecuarse a TODOS los usos que la ciudadanía necesite darle. Le duela a quien le duela en nuestra ciudad hipócrita y cucufata, eso incluye moverse de madrugada y en estado de ebriedad. La mejor forma de lograr que un conductor no se ponga al volante después de haber tomado no es multarlo (porque todos sabemos que las coimas son pan de cada día en nuestra capital), sino ofrecerle más y mejores incentivos para dejar el auto en casa. ¿Y qué mejor incentivo que un transporte público ordenado, seguro y de bajo costo que circule hasta altas horas de la madrugada?

Este razonamiento ha sido seguido con gran éxito en varias ciudades del mundo. Melbourne, en Australia, no solo tiene un servicio nocturno de buses, sino que el transporte público se vuelve gratuito en noches en las que la gente toma en exceso, como Año Nuevo. Berlín tiene un sistema de buses que opera entre la 1 y 5 de la mañana, hora en la que la mayoría de trenes y metros están cerrados, y que es utilizado por quienes salen de los miles de bares que conforman y definen el espíritu de la ciudad. Buenos Aires y Barcelona también. Y en Washington D.C., estudiantes de la Universidad de Cornell descubrieron que las multas por manejar bajo la influencia y los accidentes fatales de tránsito vinculados al alcohol se redujeron en un 40% al aumentar el alcance del transporte público.
Estos son solo algunos ejemplos entre los cientos que existen.

¿Por qué decide entonces la Municipalidad de Lima aplicar una ley que va a contramarcha de estrategias cuya efectividad ya ha sido demostrada en ciudad bastante más exitosas que la nuestra en términos de movilidad, seguridad e integración?, ¿dónde están los estudios previos?, ¿cómo sustentan esta medida? Me preocupa pensar que la ordenanza se explica únicamente por el moralismo de la gestión y del concejo municipal. En un contexto en el que los miembros del concejo se sacan los ojos por tonterías, ¿no hubo si quiera un regidor que llamara la atención sobre el despropósito de esta medida?

Por otro lado, en una ciudad en la que el 80% de los ciudadanos se moviliza en transporte público, ¿qué implica esta disposición?, ¿cómo deben volver a casa los millones de limeños que no tienen carro particular? La medida pareciera sugerir que solo pueden tomar fuera de casa quienes puedan pagar un taxi para regresar. Es decir, se penaliza - sobre todo - a quienes menos plata tienen. Sin embargo, los taxis también son una solución problemática. La Ordenanza 1769 nos obliga en la práctica a tomar un taxi informal, ya que los taxis formales no solo son más escasos, sino considerablemente más caros. Si para cualquiera es peligro subir a un taxi en altas horas de la noche, para una mujer lo es el doble. ¿Cómo debemos volver a casa? El transporte público es la mejor opción que tenemos para regresar sin riesgo a ser violadas o atacadas al subir al auto de un desconocido, sobre todo después de haber tomado y en horas en las que hay pocas personas circulando en la calle.

La medida no solo reduce incentivos para no manejar bajo la influencia del alcohol, sino que afecta especialmente a quienes una reforma del transporte verdaderamente democrática e inclusiva debería beneficiar: a las personas de más bajos recursos y a las mujeres.

Perdón, pero esta no es la reforma del transporte que yo defendí. 

UPDATE 11:38 am: Nicolás Kisic Aguirre señala correctamente un punto que olvidé mencionar de forma explícita en el post. Copio y pego: "No solo hay que tirar por la ventana el estúpido artículo de la ordenanza que sancionaría a los pasajeros borrachos, sino que de una vez la reforma del transporte necesita un componente nocturno. Ni el metropolitano ni el metro funcionan por la noche y, estoy seguro, no está pensada la necesidad de movilidad pública de madrugada. Sobre todo para quienes están acostumbrados a conducir ebrios arriesgando vidas". 



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todavía en lima

Cuando todos se iban, yo me quedé. Todavía sigo intentando entender por qué. Escribo sobre política, cultura, espacio público y cambios urbanos en Lima. El blog va mitad en plan de catársis, mitad en serio.